29 septiembre 2007

Sopa de letras

Todos los años es lo mismo. Mientras en el fútbol se pelean por quien televisa los partidos, en el baloncesto parece que tenemos envidia y nos tenemos que buscar algún lío de despachos que distraiga la atención de la cancha. Me refiero a la eterna negociación-incumplimiento-renegociación de los convenios de jugadores extranjeros.

ACB, FEB, CSD, ABP,.... todo son siglas que en realidad solo sirven para enredar y no solucionar nunca nada. O casi nada. Porque al final solo hay dos cosas claras. Que el que manda es el dinero y determinados clubes pueden permitirse conflictos que para otros supondría una ruina (de lo cual se aprovechan). Y que esto tiene difícil solución si no se asume que estamos intentando poner puertas al campo.

Dentro de unos años llegaremos a la situación de libre mercado absoluto. Y es a lo que hay que tender. Al final los clubes son empresas, la ACB es una organización empresarial, y los trabajadores de esas empresas deberían tener los mismos derechos que los de cualquier otra compañía. Sin mirar el pasaporte. Que le pregunten a Bosman.

Y para quienes todavía utilizan el argumento de la protección al jugador nacional, deberían preguntarse cuántos españoles han tenido oportunidades en otros países que jamás hubieran soñado si no llega a ser por Bosman. Ya sé que no es fácil jugar lejos de tu casa. Pero tampoco lo es para un chaval de 20 años llegar desde Serbia (por poner un ejemplo) a jugar a España. Y lo hacen. ¿Y para Sergio Rodríguez?. Claro, pero eso no se critica porque se ha ido a la sacrosanta NBA.

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